Por las venas de Francesca Guillén corre el talento de la actuación, heredada de su padre, Alejandro Camacho, con quien si bien no lleva una relación estrecha, eso no impide que la actriz sienta admiración y respeto por el destacado y experimentado actor.
"Como actor le he aprendido mucho a mi padre. Él es una energía escénica y siempre que lo veo actuar trato de absorber todo de él, lo mismo que de mi madre, que aunque no es tan famosa, es actriz y directora de teatro; ambos me han dado mucha energía para crecer".
-¿Qué heredaste de tu papá?
"La cara, aunque la gente dice que tengo muchas cosas de él. No obstante, creo que su profesionalismo y disciplina meticulosa es algo que me heredó". La actriz, quien participa en la obra "Flor y espina", en la que se aborda la incomprensión de las relaciones de pareja, explicó que uno de sus mayores logros como mujer y actriz ha sido "no conformarme, siempre busco el crecimiento, el reto y los caminos alternativos, lo mismo que saber exigir y valorar lo que merezco para proveerme de lo que es justo y necesario".
A sus 32 años de edad, Francesca reconoce que a pesar de ser hija de uno de los actores más reconocidos en el ámbito artístico, su ingreso a la actuación no fue nada fácil, pues tuvo que tocar muchas puertas.
"Mi papá no me abrió el camino; por el contrario, al principio de mi carrera fue difícil ser hija de Alejandro Camacho. No obstante, al paso del tiempo me siento muy orgullosa de haberme podido labrar una carrera apoyada en mi pasión por la actuación y por los consejos de mi madre".
Francesca, quien se ha distinguido por ser una actriz atrevida, ya que siempre busca propuestas distintas en cada uno de sus proyectos, señaló: "Me alejé de la televisión porque nunca me interesó estereotiparme en un solo esquema pues corría el riesgo de quedarme ahí hasta que envejeciera. Ese miedo me orilló a moverme y buscar nuevos horizontes ya que no pretendo ser una actriz común".
Con respecto a la obra "Espina y flor, que se presenta con Mariana Gajá, Humberto Bustos, Antonio Rojas, Alejandra Ambrosi y Rodrigo Ostop, miércoles y jueves, en el teatro Helénico, Francesca comentó: "En la obra se plantea la incomprensión en las relaciones de parejas. Hay tres historias: una heterosexual, otra lésbica y una homosexual, las cuales al final de cuentas llegan a la misma conclusión: el fracaso".
Por cierto, comentó que para interpretar a su personaje -una lesbiana-, se inspiró en la personalidad de su padre, Alejandro Camacho.
"Mi padre posee tal carga de erotismo, que lo mismo puede tener un lado muy femenino que ser un hombre increíblemente varonil, por eso él fue mi fuente de inspiración para sacar avante mi personaje".
Finalmente Francesca mencionó que entre sus planes se encuentran tres proyectos de cine; uno de ellos con Bruno Bernal, otro con Carlos Rique y el último con Arturo Pons, "La brújula la lleva el muerto", coproducción México-España.
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